El apoyo comunitario aumenta la probabilidad de que las personas con VIH se mantengan dentro de los servicios de atención, según revela un estudio sudafricano.
Menos de la tercera parte de las personas que inician la terapia antirretroviral en el África meridional siguen dentro de los servicios de atención del VIH. Esto suscita gran preocupación, ya que significa que la mayor parte de las personas con VIH no disfrutan de los beneficios para la salud que suponen el tratamiento y la atención especializados. Además, una tasa elevada de abandonos de la atención médica también contribuye, en gran medida, a socavar el efecto del tratamiento anti-VIH como prevención.
Una oradora de la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó los hallazgos procedentes de una investigación, realizada en más de 20 países, que intentaba comprobar por qué las personas abandonaban los cuidados sanitarios en algún punto de la ‘cascada’ de la atención al VIH (es decir, las diferentes etapas de atención médica, que abarcan desde la primera vez que se hace la prueba hasta el hecho de estar tomando un tratamiento eficaz). Entre las razones aducidas se incluyen el miedo al estigma, la negación de su condición, la ansiedad, la escasa conexión con la atención médica disponible, la falta de unas instalaciones clínicas adecuadas y los problemas para realizar desplazamientos.
Sin embargo, un estudio sudafricano evidenció que proporcionar apoyo a la adhesión en la comunidad consiguió aumentar las probabilidades de que las personas que empezaban el tratamiento antirretroviral no abandonaran los servicios de atención médica.
En 2004, se introdujo en la sanidad el nuevo papel del ‘defensor de los pacientes’. Se trata de profesionales que ayudan a mantener la adhesión al tratamiento y también proporcionan counselling y apoyo psicosocial.
Sólo el 6% de los pacientes que contaban con la ayuda de una de estas personas abandonaron la atención, frente al 10% de los pacientes que no recibieron este tipo de apoyo.
Otro ensayo demostró que el rastreo de los contactos podría ayudar a reducir las tasas de abandono entre la población infantil que ha comenzado el tratamiento anti-VIH.
Tras la introducción del servicio de rastreo activo de los contactos, las tasas de pérdida de seguimiento se redujeron del 22,7% al 8,5%.
El informe de la OMS recomienda la implicación de trabajadores sanitarios legos para intentar garantizar que los pacientes pasan de una etapa a otra de la «cascada» de atención médica y, por lo tanto, se mantienen bajo cuidados.
Por último, una sesión aparte de la conferencia se centró de forma específica en el papel que puede desempeñar la tecnología de los teléfonos celulares a la hora de conseguir mantener a los pacientes en los servicios de atención, especialmente en relación con las mujeres y los programas de prevención de la transmisión del VIH de madre a hijo.
Tomado de portal web AIDsmap.