Las náuseas, los vómitos y la diarrea son tres formas mediante las cuales el estómago y los intestinos se defienden de las toxinas que consideran perjudiciales.
Estos síntomas son importantes mecanismos de defensa, ya que ayudan a mantener a los gérmenes peligrosos, como las bacterias, los virus y otras pestes (al igual que las sustancias químicas) fuera del cuerpo. Lamentablemente, estos mecanismos pueden jugar en contra cuando se trata de medicamentos para salvar la vida.
Mientras que nosotros podemos comprender que los medicamentos son útiles, al estómago y a los intestinos les lleva algún tiempo darse cuenta de ello. Durante este proceso, el estómago y los intestinos “siguen funcionando como de costumbre”, respondiendo en formas poco placenteras ante la presencia de tratamiento antirretroviral (ARV).
Las náuseas, los vómitos y la diarrea (cuando se presentan como efectos secundarios de un tratamiento para el VIH) suelen ser leves, y tienen a disminuir luego de los primeros días o de las primeras semanas de tratamiento. Sin embargo, esto no significa que debas vivir con estos problemas. Pueden tener un serio impacto en tu calidad de vida y en la forma en que desarrollas tus actividades diarias, y puede tener un efecto negativo en la manera que ves tú tratamiento. En algunas personas VIH positivas, estos efectos secundarios pueden persistir durante varias semanas, varios meses o años.
Náuseas y vómitos
Si bien es cierto que los medicamentos usados para tratar el VIH y el sida pueden irritar las paredes del estómago y de los intestinos, y causar dolor o malestar, la causa de las náuseas y los vómitos en realidad involucra una parte del cerebro llamada “el centro del vómito”.
Cuando el centro del vómito detecta ciertos desequilibrios en el cuerpo (como la entrada en la sangre de sustancias tóxicas) le envía señales al estómago para que vacíe su contenido. Esto puede llevar a una sensación general de malestar o de “revoltijo” en el estómago, y a veces, a la eliminación forzada por la boca (emesis) del contenido del estómago. Si bien se considera que el vómito es más serio y peligroso que las náuseas, muchas personas dicen que tener náuseas es muchísimo peor que vomitar. Si el vómito es grave y dura más de unos días, puede reducir los niveles de los líquidos de cuerpo (deshidratación).
Los períodos prolongados de náuseas y vómitos también pueden causar pérdida del apetito y desnutrición. Los vómitos también pueden evitar que los medicamentos para el VIH permanezcan en el estómago y en los intestinos el tiempo suficiente para permitir una absorción adecuada. Si estos medicamentos no se absorben en forma apropiada, sus niveles en la sangre pueden fluctuar y llevar al desarrollo de resistencia al medicamento.
Comúnmente, las náuseas y los vómitos pueden controlarse sin tener que cambiar de terapias ni tener que agregar otros medicamentos a un régimen ya complicado. Ten en cuenta algunos de estos consejos:
- Come pequeñas porciones de comida con mayor frecuencia, en lugar de dos o tres comidas abundantes.
- Demasiada comida en el estómago puede empeorar las náuseas.
- Corta un limón y huele las rodajas para aliviar las náuseas.
- El jengibre se ha usado desde hace mucho tiempo en la medicina tradicional para combatir náuseas. Muchas personas encuentran útil el té de jengibre.
- Los alimentos poco condimentados son más fáciles de digerir. Consume alimentos con bajo contenido de grasas, pero ricos en almidón y carbohidratos, para surtir al cuerpo de la energía que necesita.
- Relájate antes de comer y mastica lentamente.
- Cuando comiences a sentir náuseas, respira profunda y lentamente. Además evita los olores como los del humo, los perfumes o los de las comidas.
Diarrea
La diarrea puede reducir considerablemente la cantidad de agua que hay en el cuerpo, del mismo modo que lo puede hacer con los nutrientes vitales llamados electrolitos. Si no se repone el agua, pueden presentarse síntomas de deshidratación. Los síntomas incluyen aumento de la sed, la ansiedad, la debilidad, la confusión, el mareo, y hasta los desmayos.
La deshidratación también puede causar una disminución en la emisión de orina, piel seca y pálida que no tiene la elasticidad normal, un aumento del ritmo cardíaco y una disminución en la presión arterial. Si la deshidratación se agrava, puede transformarse en un problema serio que lleve al colapso e inclusive a la muerte.
Afortunadamente, la diarrea es un efecto secundario de los ARV que en general no dura demasiado. Normalmente, la diarrea disminuye después de varios días o de varias semanas de tratamiento.
Haz cambios en tu dieta
Realizar ajustes en la dieta puede ayudarte a controlar la diarrea. En realidad hay algunos alimentos que pueden causar diarrea (o empeorarla) mientras que otros pueden ayudarte a aliviarla. Aquí te damos algunas sugerencias:
Sin importar cuál es la causa subyacente de la diarrea, la dieta “BRAT” (siglas en inglés), formada por bananas, arroz (blanco), jugo o compota de manzana, tostadas y té (de hierbas), puede ayudar a controlarla.
Los alimentos ricos en almidón (como el arroz blanco, el puré de papas y el pan blanco) son buenos aliados, junto con la avena y el tofu.
Los jugos claros, como el de manzana, durazno o pera (que contienen mucha del azúcar que el cuerpo necesita) son mucho menos irritantes para el estómago y los intestinos que cualquier otro tipo de jugos ricos en contenido ácido (por ejemplo, el jugo de naranja o de toronja o pomelo).
Otro buen consejo
Come pequeñas cantidades de alimentos, cinco o seis veces por día, en lugar de consumir tres comidas abundantes. Agrega nuez moscada a los alimentos para que el movimiento de las sustancias a través de los intestinos sea más lento. ¡Funciona!
Alimentos que debes evitar
Los alimentos que pueden empeorar la diarrea son el café y otras bebidas con cafeína (bebidas cola, ciertas gaseosas, té, etc.), las bebidas alcohólicas, el chocolate, los alimentos fritos o grasos, los alimentos muy condimentados, los alimentos ricos en fibra no soluble como vegetales crudos, la cáscara de la papa, los frijoles y el arroz integral, las galletas, los pasteles, las “donuts”, etc. Los productos lácteos, como la leche y el queso, también pueden empeorar la diarrea.
Bebe más líquido
Trata de beber al menos tres litros de líquido por día, salvo que tu doctor te recomiende lo contrario. Eso te ayudará a evitar la deshidratación y la desnutrición que pueden aparecer como resultado de la diarrea. Aquí hay algunas sugerencias específicas:
Consume bebidas para deportistas (energéticas), que ayudan a reponer algunos electrolitos que se eliminan con la diarrea. Para preparar una bebida para deportistas en tu casa, agrega cinco cucharadas de azúcar y una cucharada de sal a 4 litros de agua, también puedes darle sabor con un poco de lima o de limón fresco.
Bebe líquidos claros, como los jugos de frutas claras y agua. Bebe los líquidos a temperatura ambiente.
Ten en cuenta las terapias complementarias
Dos hierbas que según se dice son útiles para controlar la diarrea, son la menta y el jengibre.
Beber té de menta o de jengibre puede ayudar a calmar los intestinos, y a que recuperes parte del control sobre la diarrea. Otras terapias complementarias para la diarrea incluyen al lactobacillus acidophilus (que se consigue en cápsulas o en yogurt), que puede ayudar a reponer las bacterias útiles del intestino que se perdieron durante la terapia con antibióticos.
DIETA BRAT
La dieta “BRAT” es un tratamiento históricamente recetado a pacientes con problemas gastrointestinales como la diarrea, dispepsia, y/o gastritis.
La dieta blanda consiste en alimentos que son relativamente suaves y bajos en fibra. Los alimentos de bajo contenido de fibra se recomiendan ya que se pensaba que los alimentos altos en fibra producirían gases, posiblemente, empeorando los trastornos gastrointestinales.
A pesar de comenzar una dieta BRAT, que es popular entre los padres cuando sus hijos tienen diarrea, es importante recordar que no suele ser necesario.
Entonces ¿cuál es la dieta BRAT?
B = Banana/Bananos
R = Rice/Arroz
A = Apple/Puré de manzana
T = Toast/Tostadas de pan
Tomado de la edición número 27, año 11, AxV Magazine, Artistas por la Vida.