Dos estudios presentados en el XI Congreso Internacional sobre Terapia Farmacológica en la Infección por VIH, celebrado el pasado mes de noviembre en Glasgow (Escocia, Reino Unido), han mostrado el estado actual de la coinfección por el virus de la hepatitis C (VHC) en personas con VIH.
Mientras que, según uno de los estudios, las tasas de coinfección en Europa siguen aumentando (sobre todo entre usuarios de drogas inyectables y hombres que practican sexo con hombres [HSH]), la otra investigación concluyó que las personas coinfectadas por VIH y VHC son tratadas cada vez más frente al virus hepático.
Dado que, en los últimos años, se han observado brotes de infecciones por VHC entre HSH con VIH de diversas áreas de la Europa occidental, un equipo de investigadores daneses decidió llevar a cabo un análisis de los registros de 4.295 integrantes de la cohorte EuroSIDA monoinfectados por VIH en el momento de su inclusión en la cohorte.
A lo largo del seguimiento de la cohorte realizado por el estudio, entre el año 2002 y el 2012 tuvieron lugar 150 infecciones por VHC entre los participantes, acaecidas tras un total de 18.928 persona-años de seguimiento. Así, la incidencia global fue de 0,79 infecciones agudas por cada 100 persona-años de seguimiento. El 63% de las personas coinfectadas eran hombres gais o bisexuales.
Al estratificar los resultados, se apreció que dicha incidencia pasó de 0,47 casos por cada 100 persona-años en el año 2002 a 2,34 en el año 2010, un importante incremento.
Tras un análisis multivariable, se observó que el principal factor de riesgo de adquirir la coinfección por VHC fue el uso de drogas intravenosas, que cuadruplicó el asociado con HSH.
Al analizar los resultados por áreas geográficas, la Europa del este y el sur del continente presentaron una incidencia superior a la Europa occidental.
En el segundo de los estudios hechos públicos, investigadores británicos, junto a los de la cohorte EuroSIDA, evaluaron el porcentaje de personas coinfectadas por VIH y VHC que recibieron tratamiento anti-VHC (ya fuera el convencional, formado por interferón pegilado y ribavirina, o las nuevas terapias triples, que añaden boceprevir o telaprevir a dicho tratamiento convencional). También investigaron los efectos de la terapia contra el virus de la hepatitis C sobre las tasas de mortalidad global o las de mortalidad por causa hepática.
Aproximadamente, el 30% de las personas con VIH que realizan pruebas diagnósticas de infección por VHC obtienen resultados positivos. El riesgo de muerte por causas hepáticas en personas coinfectadas es superior al advertido en personas monoinfectadas por VHC.
Un total de 1.947 integrantes de la cohorte EuroSIDA fueron incluidos en el estudio. El 75% tenía historial de uso de drogas inyectables y el 40%, VHC de genotipo 1.
Un total de 456 participantes (el 23%) recibieron tratamiento anti-VHC durante una mediana de 107 meses. La presencia de la terapia contra la hepatitis C en este colectivo aumentó desde 0,29 tratamientos por cada 100 persona-años en 1998 hasta 4,70 en 2010.
Entre los factores que se asociaron significativamente al tratamiento de la infección por VHC destacaron tener niveles de CD4 superiores a 350 células/mm3 (cociente de la tasa de incidencia [IRR, en sus siglas en inglés]: 1,75), carga viral inferior a 500 copias/mL (IRR: 1,58) y VHC de genotipo 3 (con buena respuesta al tratamiento convencional; IRR: 1,55 respecto al genotipo 1).
Un total de 355 muertes se registraron durante el seguimiento, de las cuales 95 fueron por causa hepática.
Según un análisis multivariable, el tratamiento de la hepatitis C no se asoció significativamente a la mortalidad global (IRR: 0,81) ni a la mortalidad por causa hepática (IRR: 1,0).
Así, como conclusión conjunta de ambos estudios, aunque la coinfección por VHC ha aumentado de forma notable en la población con VIH de Europa, la proporción de estas personas que acceden al tratamiento contra el virus de la hepatitis C va en aumento. Si bien los incrementos en las tasas de curación proporcionados por las nuevas estrategias terapéuticas frente al VHC resultan esperanzadores (y se prevé que en los próximos años lleguen al mercado nuevos medicamentos aún más eficaces y tolerables), será importante observar cómo la crisis económica altera esta tendencia, ya que medidas de austeridad tales como la que en España podría implicar el copago de la terapia anti-VHC pueden tener un efecto disuasorio en colectivos especialmente vulnerables como las personas coinfectadas por VIH y VHC.
Fuente: gTt-VIH