Un equipo de investigadores ha identificado qué proteína presente en la superficie de las células dendríticas es la que utiliza el VIH para entrar en las mismas y aprovechar en su favor la acción de dichas células inmunitarias. Este descubrimiento podría favorecer el desarrollo de una nueva familia de fármacos antirretrovirales que, por primera vez, podrían atacar el virus fuera de su ciclo vital dentro de las células CD4, según concluye un estudio publicado en la revista ScienceDaily.
Uno de los motivos por los que resulta tan complicado conseguir la cura del VIH es que el virus infecta las células del sistema inmunitario que normalmente actúan contra las infecciones y aprovecha los mecanismos de defensa del organismo en su propio beneficio.
Así, las células dendríticas, que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunitario, son empleadas por el VIH para propagar su infección en el cuerpo. Las células dendríticas actúan patrullando el cuerpo y capturando los organismos extraños que hayan penetrado. Una vez fagocitados estos posibles patógenos, son divididos en piezas y algunas de ellas son dispuestas en la membrana externa de la célula dendrítica que, acto seguido, se dirige a los nódulos linfáticos. Allí, los linfocitos T reconocen esos pedazos del organismo y montan una respuesta inmunitaria específica frente a ellos.
Sin embargo, el VIH se aprovecha de este mecanismo y viaja con la célula dendrítica sin haber sido completamente degradado, lo que le permite acceder a sus dianas principales: los linfocitos T CD4.
El año pasado, un equipo de investigadores de IrsiCaixa habían publicado el descubrimiento de la existencia de una molécula presente en la superficie del VIH que permitía al virus aprovechar las células dendríticas para acceder a los linfocitos CD4.
Esta nueva investigación completa dichas observaciones y ha permitido identificar qué molécula presente en la superficie de las células dendríticas es la que reconoce y se une a los gangliósidos presentes en la cubierta del virus y permite que el VIH sea transportado por dichas células hasta su objetivo, los linfocitos CD4.
Para identificar la molécula concreta en la membrana de las células dendríticas, se estudió una familia de proteínas presentes en la superficie de dichas células, denominada Siglecs. En el laboratorio, se mezcló el virus con células dendríticas que tenían distintas cantidades de Siglec-1 y descubrieron que una mayor cantidad de esta proteína hizo que las células dendríticas capturaran más cantidad de VIH, lo que podría conducir a una mayor tasa de infección de los linfocitos CD4 por parte del virus.
A continuación, el equipo de investigadores probó a inhibir la proteína Siglec-1 en el laboratorio (acoplándola a anticuerpos y bloqueando la expresión del gen correspondiente) y descubrió que las células dendríticas perdían su capacidad de capturar el VIH y, en consecuencia, de transferirlo a sus células diana. Con estos datos, los científicos concluyeron que Siglec-1 es la molécula responsable de la entrada del VIH en las células dendríticas y, en consecuencia, podría constituir una diana terapéutica.
Uno de los investigadores afirmó: ?Habíamos encontrado la llave (el gangliósido en la superficie del VIH) y, ahora, hemos encontrado la cerradura (la molécula Siglec-1)? y, al respecto, declaró queya estaban trabajando en el desarrollo de un fármaco capaz de bloquear este proceso para mejorar la eficacia de los actuales tratamientos contra el VIH.
Este mecanismo sería como una llave y una cerradura que permite la entrada del VIH, pero también podría facilitar la entrada de otros virus. Por tanto, este hallazgo podría ayudar, asimismo, a entender cómo otras infecciones podrían aprovechar este mecanismo de dispersión, según comenta el equipo de investigadores.
Fuente: gTt-VIH