El representante de ONUSIDA para América Latina pide reforzar en Venezuela la prevención, a través de la educación, así como mejor control de las gestantes para evitar la transmisión de madre a hijo.
El director regional del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/Sida (ONUSIDA), César Núñez, considera que una de las metas que debe trazarse el país es erradicar la transmisión del virus de inmunodeficiencia humana a los niños recién nacidos, lo que puede lograrse con un control eficaz de las embarazadas.
El funcionario estuvo en Venezuela la semana pasada y se reunió con representantes de la Sociedad Civil, del Ministerio de Salud, la Cancillería y la Defensoría del Pueblo, para evaluar cómo avanza el país en el cumplimiento de los acuerdos firmados en la Asamblea General de la ONU, en julio de 2011.
¿Cómo evalúa las denuncias de escasez de antirretrovirales en el país, con respecto a Latinoamérica? Hay que destacar que en Venezuela el Ministerio de Salud destina desde hace 15 años parte de su presupuesto para la dotación de medicamentos, que es plausible, aunque actualmente existen 18 esquemas de tratamiento y eso es demasiado. Es natural que se produzca desabastecimiento porque son muchas combinaciones de fármacos, y si falta uno solo se desestabilizan los esquemas. Nuestra opinión, en conjunto con la Organización Mundial de la Salud, es que se debe reducir este número de esquemas.
¿Hay algún parámetro ideal de esquemas de tratamiento? La OMS trabaja en unas guías actualizadas que podrían salir en 2013. Creo que en el futuro encontraremos la manera de simplificar los esquemas, en una labor conjunta con el Ministerio de Salud. En Latinoamérica hay 150 esquemas de tratamiento, entre todos los países. Hay demasiados trámites involucrados en las compras, y las mismas farmacéuticas concentran toda esa producción; es casi imposible que no haya oportunidades de desabastecimiento. Lo que sí es un hecho es que el tratamiento debe iniciarse cuando los linfocitos de la persona descienden a 350.
Los exámenes que permiten determinar la carga viral y el conteo de linfocitos deberían ser provistos por el Estado y, sin embargo, faltan reactivos en algunos laboratorios nacionales.
El desabastecimiento puede incluir las pruebas complementarias, diagnósticas y el tratamiento. Eso pasa en toda la región y tiene que ver con el proceso de gestión y compras.
Estoy seguro de que con mejor planificación se pueden solventar esas situaciones.
Los activistas han denunciado que la falta de planificación ha llevado al Estado venezolano a dotar de medicamentos vencidos o sin registros sanitarios en el país.
La Organización Panamericana de la Salud debe certificar todos los medicamentos; así no hay duda de su eficacia.
La entrega de fármacos vencidos debe ser un caso excepcional, tiene que ver con la planificación. Deben estructurarse muy bien los procesos de compra. Onusida en conjunto con el Banco Mundial estudia la posibilidad de elaborar un sistema de monitoreo para que los funcionarios nacionales puedan controlar la existencia y calidad de los medicamentos. No es como comprar cauchos; estos fármacos permiten calidad de vida a miles de personas.
¿Existen otros desafíos en el país en materia de sida y VIH? Hay que fortalecer la prevención no sólo en Venezuela, sino en toda la región. La prevención debe canalizarse a través de la educación, e incluir en los programas de estudios la educación para la sexualidad. Prevenir la transmisión de madre a hijo durante el embarazo es también un objetivo; en el país sólo 30% de las gestantes tiene acceso a pruebas diagnósticas y está comprobado que la detección y el tratamiento tempranos reducen a menos de 1% el riesgo de transmisión vertical.
¿Qué metas se plantea para el país en ocasión de su visita? La estrategia actual de Onusida es: «Llegar a cero», cero infecciones por VIH, cero muertes por sida y cero estigma y discriminación. En Venezuela vemos fuerza en el objetivo de llegar a cero muertes, pues hay disponibilidad gratuita de medicamentos, salvando eventuales dificultades. Un compromiso que se debe asumir es que no nazcan más niños con VIH.
Quiero proponer que para 2015, cuando deberían cumplirse los Objetivos de Desarrollo del Milenio, Venezuela haya eliminado la transmisión del sida de madre a niño.
También hay que reforzar la protección a grupos sexodiversos y personas con VIH que pudieran estar afectados por discriminación.
Elaborado por Lilia Malavé, Periodista. Publicado en Diario El Nacional, 28 de mayo de 2012.