Estamos preocupados por el anuncio de Venezuela de establecer un comité estatal para evaluar la posibilidad de retirarse de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Los órganos regionales de derechos humanos desempeñan un papel muy importante en la promoción y protección de mecanismos de derechos humanos y refuerzan los estándares y tratados universales de derechos humanos –algo que ha sido reconocido repetidamente por la Asamblea General de la ONU y el Consejo de Derechos Humanos.
La CIDH, que tiene más de 50 años y es un organismo altamente respetado, en particular ha tenido un efecto muy positivo en la región y ha sido crucial en la obtención de justicia para muchas víctimas de violaciones de los derechos humanos, principalmente durante el período en que dictaduras gobernaban en muchos países de la región. El trabajo de la CIDH también ha sido clave en la transición a la democracia.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) coopera con todas las organizaciones regionales de derechos humanos –entre ellas, la Unión Europea, la Unión Africana, ASEAN y la Liga de Estados Árabes –y mantiene desde hace tiempo una sólida y estable relación con la CIDH, en particular en áreas como seguridad ciudadana, justicia juvenil, prevención de la tortura y condiciones de detención.
Además, hay una colaboración consistente y productiva entre los Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y los Relatores de la CIDH, especialmente en asuntos relacionados con la libertad de expresión, los derechos de los pueblos indígenas y la tortura.
Alentamos al Gobierno de Venezuela y a todos los otros Estados de las Américas a continuar cooperando con los mecanismos regionales y nacionales de derechos humanos, y los instamos a no tomar medidas que puedan debilitar la protección de los derechos humanos –no sólo en Venezuela sino también con ramificaciones potencialmente negativas para las personas en todo el continente.
Comunicado de Prensa, Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Portavoz: Ruper Colville. Ginebra.