Madrid, 9 de marzo de 2012 (EuropaPress) — Las mutaciones del VIH, que se desarrollan durante las primeras semanas de la infección, pueden desempeñar un papel decisivo en el debilitamiento de la respuesta inmunológica temprana; hallazgo que revela la importancia de las vacunas destinadas a las regiones del virus menos propensas a mutar.
Un nuevo estudio, publicado en ‘PLoS Pathogens’, y dirigido por investigadores del Instituto Ragon del Hospital General de Massachusetts, el MIT, Harvard y el Instituto Broad, ha aplicado las mismas tecnologías de próxima generación que han revolucionado la secuenciación del genoma humano, para estudiar cómo se adapta el VIH durante las primeras semanas después de la infección.
Los investigadores aplicaron un novedoso enfoque llamado pirosecuenciación, que permite la secuenciación simultánea de cientos de variantes víricas, dentro de un individuo, en el curso de la infección. Estos datos proporcionaron una visión profunda y sensible de la complejidad de las cepas mutantes que circulan en el paciente tras una infección por VIH, y de cómo cada una de estas cepas evoluciona con el tiempo. La combinación de estos datos genéticos, con los análisis inmunológicos detallados, permitió realizar una evaluación completa de las interacciones virus-huésped, durante la fase crítica aguda de la infección por el VIH.
El estudio reveló que, la mayoría de las primeras mutaciones en desarrollo durante las primeras semanas después de la infección, presentan adaptaciones rápidas para evitar la respuesta de las células T asesinas CD8, que juegan un papel clave en el reconocimiento y la eliminación de células infectadas por VIH. «Estos datos ponen de manifiesto la capacidad del VIH para evitar la rapidez de la primera respuesta inmune que trata de contener la infección», explica el doctor Todd Allen, autor principal del estudio, y miembro del Instituto Ragon.
Más importante aún, señala Allen, el estudio ha revelado que un rápido escape viral de unas pocas respuestas inmunes dominantes, coincidió con la incapacidad de los pacientes individuales para mantener el control temprano del VIH. «La capacidad de evaluar la evolución temprana del virus a través de todo el genoma del VIH reveló que, limitar la capacidad del virus para resistirse a las primeras respuestas inmunes, puede ser el componente crítico de una vacuna exitosa», afirma Allen, quien concluye que, «por lo tanto, la clave para controlar un patógeno altamente variable, como el VIH, puede residir en la capacidad de una vacuna para redirigir la respuesta inmune hacia regiones del virus que no son capaces de mutar con éxito».
Un componente importante del estudio fue el desarrollo de nuevas herramientas bioinformáticas para manejar la enorme y diversa secuencia de datos, y para reunir las miles de secuencias, y formar genomas completos del VIH, para realizar los análisis. Mientras que la próxima generación de enfoques de secuenciación ha ayudado a transformar la secuencia de los genomas de mamíferos, el alto grado de diversidad de la secuencia de las cepas del VIH ha obstaculizado la aplicación rutinaria de los métodos de secuenciación de gran alcance, a los agentes patógenos altamente variables, como el VIH. Sin embargo, en el estudio actual, los investigadores fueron capaces de aplicar su nuevo enfoque para secuenciar con éxito el genoma completo del VIH, de docenas de personas infectadas.
Los esfuerzos para desarrollar una vacuna eficaz contra el VIH se han visto frustrados, en gran parte, debido a la capacidad del virus para mutar rápidamente y evitar las respuestas inmunitarias del huésped. Sin embargo, según señala Allen «el VIH no es capaz de mutar a voluntad, y algunas de estas mutaciones paralizan la capacidad del virus para replicarse, lo que parece ser fundamental para que unos pocos individuos controlen el VIH sin necesidad de tratamiento».
La comprensión más precisa de cómo el VIH se desarrolla en un individuo, y cómo se correlacionan las mutaciones con la capacidad de controlar el VIH, están proporcionando una visión crítica en el diseño de vacunas más eficaces para contener y, posiblemente, prevenir la infección por completo.