«Dinamitar el sistema de salud español supone un retroceso de 30 años en el VIH y el sida».
Este es el elocuente título de un comunicado de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (Seisida), emitido con motivo de los recortes anunciados por el Gobierno en Sanidad. «Supondrá echar por tierra un trabajo de más de 30 años en prevención, formación, información y tratamiento de las personas con VIH y sida. Conllevará, al igual que ha pasado en países como Grecia, que también cercenaron servicios sociales y sanitarios esenciales, un aumento en el número de personas con VIH y que la epidemia tome un rumbo incontrolable y desconocido», indican.
Dos son los aspectos de la reforma que más preocupan a los expertos. El primero y más novedoso, es el de dejar a los inmigrantes en situación irregular sin asistencia sanitaria (salvo las urgencias). «Si recortamos en el acceso a los servicios de salud a las personas sin tarjeta sanitaria, muchos de los cuales pueden estar infectados por el VIH, ¿cómo vamos a controlar la infección? ¿cómo vamos a integrar al paciente con VIH en el sistema de salud?» se preguntan retóricamente.
Las consecuencias de este tipo de medidas impedirán diagnosticar y tratar a parte de los afectados en España. El Plan Nacional sobre el Sida, con datos de 2010, cifraba en el 38,4 por ciento la proporción de extranjeros (sin especificar situación legal) sobre el total de diagnósticos de VIH. Como muestra de lo que puede ocurrir, la sociedad recuerda que «todavía hoy se estima que cada año se infectan más de 3.000 personas, y casi un 50 por ciento de estos es diagnosticado cuando su sistema inmunológico estaba en mal estado, menos de 350 linfocitos CD4, lo que complica su tratamiento. Este número podría duplicarse e incluso triplicarse en una situación como actual. Y no hay que olvidar que los costes médicos directos de los pacientes diagnosticados de forma tardía son casi el doble que los de los pacientes diagnosticados en las fases iniciales de la infección».
La sociedad médica recuerda que, actualmente, la línea maestra del abordaje es que «tratar es prevenir», y que esto no puede hacerse si se niega el acceso a las personas a los antivirales, que son de dispensación hospitalaria. Esta política fue considerada uno de los descubrimientos científicos de 2011 por la revista Science, y está avalada por la Sociedad Internacional del Sida (IAS).
La otra pata de la prevención, el Plan Nacional sobre el Sida (PNS), también ha sufrido los recortes. «Una reducción de más del 50 por ciento de su presupuesto mutila al PNS y puede tirar a la basura” todos los logros conseguidos en España en la infección por VIH, mientras que la desaparición de los fondos destinados a las comunidades autónomas y la desaparición o reducción en las ayudas a las ONG en el presupuesto para el PNS puede producir una cascada de acontecimientos, en la que poco a poco desaparezcan los planes autonómicos el sida debido, no sólo a la falta de financiación estatal, sino a los propios recortes que se están produciendo en las comunidades autónomas».
La conclusión es que, como ha dicho The Economist, “de todas las enfermedades que matan a los pobres, ninguna es tan letal como un mal Gobierno”, y piden reflexión sobre los planes.
Tomado del portal web RNV.