Los miembros de la Junta advierten de que, debido al grave déficit en los presupuestos operativos de ONUSIDA, la pandemia de sida corre el riesgo de prolongarse en el tiempo

Los miembros de la Junta del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) se han reunido para debatir cómo abordar una brecha de financiación de 35 millones de dólares estadounidenses en el presupuesto operativo mínimo de 187 millones de dólares estadounidenses de la organización. Se trata, sin duda, de un déficit que está socavando los esfuerzos para poner fin a la pandemia de sida como amenaza sanitaria mundial para 2030. El presupuesto necesario para satisfacer plenamente las necesidades operativas de la organización se establece en 210 millones de dólares estadounidenses.

En su discurso de apertura en una reunión especial celebrada en Ginebra para plantear posibles soluciones a la brecha de financiación, el embajador de la Misión Permanente de Tailandia en la oficina de las Naciones Unidas en Ginebra, Rongvudhi Virabutr, actual presidente de la Junta Coordinadora del Programa de ONUSIDA, insistió en que el Programa Conjunto continuó desempeñando un papel importante en la recopilación y el análisis de datos para desarrollar pruebas y movilizar el liderazgo político.

«Como el mayor financiador de las respuestas al sida afirmó a principios de este año, el Programa Conjunto es para todos nosotros esa Estrella del Norte sin la cual perderíamos el rumbo. La clave de nuestro éxito colectivo está en un Programa Conjunto completamente financiado y a pleno rendimiento. No tenemos tiempo que perder».

Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA, solicitó la liberación de 35 millones de dólares estadounidenses antes de finales de año, y lamentó que la posición financiera de la organización se hubiese deteriorado aún más desde la última reunión de la Junta Coordinadora del Programa de ONUSIDA, la cual tuvo lugar el pasado mes de junio. Asimismo, explicó de qué manera la guerra en Ucrania y los movimientos en los mercados de cambio de divisas habían agravado la situación.

«La magnitud del déficit presupuestario supone que ya no se puede abordar ampliando el presupuesto o buscando más mejoras en la eficiencia. Las cifras nos están obligando a tomar decisiones muy drásticas: o reducimos de forma notable la presencia de ONUSIDA en los países, o seguimos reduciendo nuestro número de copatrocinadores. Ahora mismo nos movemos en estos escenarios», subrayó la Sra. Byanyima. «Estas elecciones son devastadoras, y cualquier posible escenario hará retroceder la respuesta al sida, pues implicará negar los servicios de prevención, tratamiento y atención relacionados con el VIH a millones de personas vulnerables».

ONUSIDA ha adoptado medidas significativas para paliar la brecha de financiación mediante el establecimiento de una disciplina presupuestaria, el desarrollo de una nueva estrategia de movilización de recursos y el trabajo en estrecha colaboración con un equipo especialmente designado formado por miembros de la Junta Coordinadora del Programa, cuya misión es la de proponer acciones y recomendaciones que fortalezcan la posición financiera en 2023.

Los copatrocinadores de ONUSIDA, las comunidades de personas que viven con el VIH y están afectadas por el virus y las organizaciones de la sociedad civil han hecho un llamamiento para que ONUSIDA sea totalmente financiada, algo fundamental para que pueda desarrollar su ingente labor.

«El mundo está en peligro, y ahora también están en juego nuestros esfuerzos colectivos para abordar el objetivo de desarrollo sostenible de acabar con el VIH/sida como amenaza para la salud pública», recordó Christian Hui, de la Campaña de acceso a la prevención, en Canadá. «No podemos negar la contribución del Programa Conjunto. La sociedad civil, especialmente los grupos de población clave y marginados, se han beneficiado enormemente del Programa Conjunto para avanzar en el acceso a los antirretrovirales que salvan vidas y a la prevención combinada, para progresar en lo que a los derechos humanos se refiere y para capacitar a las comunidades para que participen activamente en los programas para el VIH».

Al reconocer la complementariedad del trabajo de ONUSIDA, otros socios en la respuesta al VIH, incluido el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria y el Plan de emergencia del presidente de los Estados Unidos para el alivio del sida (PEPFAR), también han alzado su voz para pedir la plena financiación de ONUSIDA.

ONUSIDA está presente en 70 países de todo el mundo y trabaja en colaboración con los Gobiernos, la sociedad civil y las comunidades, recopilando los datos que dan forma a la respuesta al VIH, defendiendo la derogación de las leyes y políticas dañinas con el objeto de crear un entorno legal propicio, trabajando para poner fin al estigma y la discriminación relacionados con el VIH, y desafiando las desigualdades que impulsan la pandemia del VIH entre los grupos de personas vulnerables y marginadas. En 2020-2021, ONUSIDA respaldó más del 80 % de las solicitudes del Fondo mundial, y destinó 5000 millones de dólares estadounidenses a la financiación del VIH.

«Nos gustaría instar a todas las partes interesadas a aumentar el apoyo, la coordinación y la colaboración con ONUSIDA con el fin de abordar la agenda inacabada de salvar vidas y de no dejar a nadie atrás en nuestros esfuerzos por poner fin al sida», afirmó Alegnta Gebreyesus Guntie, de la Misión Permanente de Etiopía en la oficina de las Naciones Unidas en Ginebra.

«El apoyo de ONUSIDA a los países se traduce tanto en la elaboración de estrategias basadas en datos y avaladas por la ciencia, a medida de la epidemia, como en el desarrollo de planes para ponerlas en práctica», destacó la Sra. Byanyima. «Ahora, el trabajo del Programa Conjunto es más necesario que nunca para ayudar a los países a estar listos para la siguiente ronda de solicitudes del Fondo mundial en un entorno de asignación difícil».

La Actualización mundial sobre el sida de ONUSIDA, En peligro, revela una respuesta al VIH alterada a raíz de la pandemia de la COVID-19, la crisis económica mundial y la guerra en Ucrania. Un total de 650 000 personas murieron por enfermedades relacionadas con el sida en 2021 y hubo 1,5 millones de nuevas infecciones por el VIH, esto es, un millón por encima del objetivo de 500 000 para 2020. La cifra de nuevos países con VIH aumentó a 38.

«ONUSIDA no deja de trabajar incansablemente para revertir la tendencia y conseguir que la respuesta al VIH retome el rumbo», manifestó la Sra. Byanyima.

Fuente: ONUSIDA.