Según los resultados de un estudio publicado en el III Taller Internacional sobre VIH y Mujer, celebrado recientemente en Toronto (Canadá), las mujeres canadienses coinfectadas por VIH y el virus de la hepatitis C (VHC) tendrían un riesgo de progresión a fibrosis hepática que duplicaría el de los hombres con dicha coinfección.
Hasta la fecha, se había apreciado que, en personas monoinfectadas por VHC, la progresión a fibrosis era más rápida en hombres que en mujeres. Sin embargo, las diferencias de progresión de la enfermedad hepática en coinfectados no habían sido evaluadas de forma precisa en un estudio a largo plazo.
Una cohorte canadiense formada por 1.119 personas coinfectadas por VIH y VHC participó en el estudio. El 26% de los integrantes eran mujeres. Los participantes realizaban visitas de control cada 6 meses. El estudio abarcó el período comprendido entre los años 2003 y 2012.
Para determinar la presencia de fibrosis significativa, los investigadores optaron por el índice APRI, calculado a partir de los niveles de aspartato aminotransferasa (AST) y los de plaquetas. Se consideró la presencia de fibrosis significativa cuando el valor de APRI fue de 1,5 o superior, que correspondería a un estadio F2 o superior, según la escala Metavir.
El análisis, en último término, quedó limitado a 308 participantes que cumplieron los siguientes requisitos: haber realizado un mínimo de dos visitas, haber tomado tratamiento antirretroviral durante el estudio, no haber seguido terapia anti-VHC durante el período evaluado, tener una valor de APRI inferior a 1,5 en la primera visita y no haber experimentado descompensación hepática.
De los 308 participantes finalmente incluidos, el 28% eran mujeres. La edad media era de 44,9 años y las mujeres eran significativamente más jóvenes que los hombres (42,0 y 44,1 años, de forma respectiva; p= 0,003). La mayor parte de los participantes tenían historial de uso de drogas inyectables y 81 (el 43% de las mujeres y el 38% de los hombres) eran usuarios activos durante su participación en el estudio. El consumo abusivo de alcohol era más frecuente entre hombres que entre mujeres (31 y 14%, respectivamente; p= 0,023).
La duración mediana de la coinfección fue similar entre hombres y mujeres. La mediana del tiempo bajo tratamiento antirretroviral era de 5,7 años y prácticamente dos tercios de las mujeres y los hombres participantes (64 y 67%, de forma respectiva) tomaban un tratamiento basado en un inhibidor de la proteasa (IP). El recuento mediano de CD4 al inicio del estudio era de 373 células/mm3 y el 73% de los participantes tenían carga viral indetectable (sin diferencias significativas entre hombres y mujeres en estos dos aspectos).
El tiempo total de seguimiento fue de 544 persona-años (129 y 415 persona-años en mujeres y hombres, respectivamente). El índice APRI aumentó hasta valores de 1,5 o superiores en 55 personas (el 18% de las personas evaluadas), entre las que se hallaban 18 mujeres (21% del total de mujeres; 14,0 casos por cada 100 persona-años de seguimiento; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 7,5 – 20,4) y 37 hombres (17% de los participantes de sexo masculino; 8,9 casos por cada 100 persona-años de seguimiento; IC95%: 6,0 – 11,8).
Al realizar un análisis multivariable -que ajustaba los resultados en función de edad, consumo de alcohol, tabaquismo, duración de la infección por VHC, recuento de CD4, valor de APRI y carga viral-, los investigadores determinaron que, en el presente estudio, el riesgo de experimentar progresión a fibrosis significativa de las mujeres doblaba el de los hombres (cociente de riesgo ajustado [CRA]: 2,26; IC95% 1,24 – 4,11; p= 0,008). La presencia de cargas virales altas y la de valores de APRI elevados incrementaron el riesgo de experimentar la progresión a fibrosis significativa.
Los investigadores concluyeron que, en el presente estudio, llevado a cabo con personas coinfectadas por VIH y VHC, al evaluar la fibrosis por medio de la escala APRI, la progresión de la hepatopatía fue significativamente superior en mujeres que en hombres. Las diferencias no pudieron ser explicadas por otras características en las cuales los dos grupos eran diferentes(como la composición étnica o la duración de la infección por VHC, entre otros factores).
Los resultados de este estudio son interesantes y podrían estar indicando la necesidad de un mayor control de la progresión de la hepatitis C en mujeres coinfectadas por VIH. No obstante,serán necesarios más estudios que apoyen los hallazgos, especialmente si puede medirse la fibrosis por métodos más directos que el índice APRI, como por ejemplo FibroScan®.
Fuente: gTt-VIH