La hepatitis es una enfermedad inflamatoria del hígado, causada por una infección vírica, inmunitaria o tóxica. Se conocen cinco tipos principales de virus de la hepatitis, designados como A, B, C, D y E. La hepatitis B y C son las que mayor relación tienen con el VIH, ya que juntas pueden desencadenar una serie de complicaciones graves para las personas.
El doctor Carlos Pérez, especialista en infectología explicó que “la hepatitis B y la hepatitis C, son infecciones virales que pueden complicar la salud de una persona que haya contraído la infección por VIH, poniendo en riesgo su vida”.
Cabe destacar que la mayor parte de las personas infectadas con el virus de la hepatitis B o C, no recuerdan haber sufrido episodio febril con ictericia (cuando se pone amarilla la piel y los ojos), y el diagnóstico se hace por examen de laboratorio con sangre tipo serología.
“La hepatitis B, es más frecuente que la hepatitis C, se adquiere por tener relaciones sexuales desprotegidas –sin condón– con personas infectadas con esta enfermedad, o por sangre contaminada con el virus de la hepatitis B”, dijo.
El especialista agregó que, “la mayoría de las personas que no tienen VIH suelen recuperarse de manera espontánea. Un pequeño porcentaje, sin embargo, desarrollarán Hepatitis B de manera crónica. Una persona con problemas de inmunodeficiencia tiene más riesgo de que la Hepatitis B se haga crónica o se complique con Cirrosis y Cáncer de Hígado”.
“Es importante resaltar que la Hepatitis B, es mucho mas contagiosa que el VIH, pero se tiene la posibilidad de prevenirla por medio de la vacunación contra la Hepatitis B”, agregó.
Pérez también comentó que, “para conocer su estatus serológico contra la Hepatitis B, el laboratorio debe reportar: Antígeno de Superficie, Anticuerpo contra el antígeno de superficie y el Anti-Core, más niveles séricos de transaminasas”.
Respecto a quienes tienen Hepatitis C, “éstas personas desarrollan Cirrosis y Cáncer de Hígado, más frecuentemente que en el caso de la Hepatitis B. La cirrosis la desarrollan de manera lenta, luego de muchos años de estar infectados, siendo más acelerado en las personas con adicción a las bebidas alcohólicas”.
“La frecuencia de Hepatitis C es alta entre usuarios de drogas endovenosas, como la heroína, por compartir inyectadoras. Realizarse tatuajes o perforaciones corporales en condiciones insalubres, también implica el riesgo de contraer esta enfermedad”, apuntó.
“Para el diagnóstico y seguimiento de la Hepatitis C, las personas deben realizarse exámenes de laboratorio complejos y costosos, incluidos los de fenotipo y carga viral, poco disponibles a nivel nacional. Es muy probable que el paciente deba realizarse Biopsia de Hígado”.
“Aún no se dispone de Vacuna contra la Hepatitis C, y los tratamientos disponibles, basados en inyecciones de Interferón, son largos, no muy bien tolerados, y pueden fallar en un porcentaje importante”, puntualizó Pérez.
Finalmente, el doctor Carlos Pérez destacó que, “quienes han contraído el VIH, y resulten adicionalmente positivos o activos para Hepatitis B o C, requerirán inicio pronto de tratamiento antirretroviral, y un seguimiento médico integral más continuo”.
De igual forma Pérez finalizó explicando que, “se debe alertar a que toda mujer embarazada debe realizarse despistaje de calidad no solo para VIH y sífilis, sino también para Hepatitis B y C durante el primer y tercer trimestre de embarazo, ya que también existe riesgo de transmisión de dichas hepatitis hacia el recién nacido, pudiendo ser igualmente tratables como una forma de reducir la trasmisión hacia el niño”.
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Elaborado por: Roslinda García, Periodista, Organización StopVIH.