Las tragedias por fenómenos naturales que han enfrentado otros países en las últimas semanas, consternan a todos los venezolanos, pero que el Gobierno destine 1 millón de dólares para afectados en Barbudas, 5 millones de dólares a Estados Unidos para los afectados por huracanes, es la bofetada más grande que se puede ofrecer.
Así lo expresó Jhonatan Rodríguez, presidente de StopVIH, asegurando que es indignante que mientras las organizaciones con trabajo social se han convertido en mendigas de apoyo para a su vez ayudar a la población más vulnerable, las autoridades gubernamentales se ufanan de mostrar una supuesta cara humanitaria, entregando dineros, enseres, productos a extranjeros, que si bien viven una situaciones dramáticas, es tan grave como lo que vienen padeciendo los venezolanos, y no por hechos fortuitos de la naturaleza, sino por una deliberada gestión de destrucción por parte del Gobierno nacional.
“Es increíble como ya en las Naciones Unidas se maneja el concepto de emergencia humanitaria compleja, para el caso de Venezuela, y aún no se vislumbra el más mínimo interés por activar una ayuda humanitaria hacia nuestro país. Sencillamente a diario vivimos una violación masiva y guiada contra los derechos humanos, por eso es que resulta una desfachatez e ironía que el Gobierno hable de ayuda, de apoyo, de derechos, cuando su mejor práctica es la violación de todos los derechos”.
Rechaza que el Presidente haya dado la orden de que, quien no milita en el Psuv o no trabaja en el gobierno no recibe las bolsas de comidas o no recibe medicamentos, pues significa un descalificativo muy grave, va contra los derechos de igualdad, y tratándose de la alimentación y la salud, representa poner intencionalmente en peligro la vida de los venezolanos, “y eso es inadmisible”, enfatiza el activista.
Destaca que la solidaridad está teniendo un papel muy importante en el marco de la grave emergencia humanitaria que vivimos, pero eso no sustituye la responsabilidad del Estado, por el contrario lo hace más enfáticamente el principal violador de derechos humanos, del derecho a la salud y a la vida, pues se deslinda de sus deberes y deja en manos del propio pueblo la atención de sus necesidades más básicas, “Paradójicamente, tenemos un gobierno que controla todo, hasta las estadísticas, pero no se hace responsable de nada. Ya basta de tratar a los venezolanos como desechos solo por oponerse a un régimen político, creado a conveniencia de unos pocos. El Gobierno tiene que poner como prioridad nuestros propios problemas. Querer ser una potencia regional o hemisférica no puede estar jamás por encima de la salud y la vida de los venezolanos”, insistió, ratificando que mientras todo sucede continúa el desabastecimiento de antirretrovirales, reactivos para pruebas de laboratorio de diagnóstico, monitoreo y control del VIH, fórmulas lácteas para bebes nacidos de madres con VIH y condones, como vía principal para prevenir las infecciones por transmisión sexual.
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Prensa, StopVIH, CNP. 6.126.