No resulta sorprendente que la financiación de los programas de VIH sea un tema recurrente en AIDS 2012.
Ante las numerosas voces en este campo que afirman que es posible poner fin a la epidemia, la pregunta que surge de forma inevitable es: “¿Quién lo va a pagar?”. Una de las sesiones de la conferencia versó específicamente sobre este tema.
Expertos procedentes de organizaciones médicas, el ámbito académico, ONUSIDA y del gobierno, destacaron la necesidad de aumentar la financiación, aunque asimismo reconocieron la importancia de asegurarse de que cualquier respuesta destinada a poner fin a la epidemia del sida pueda mantenerse de forma duradera, sin interrupciones.
La financiación internacional sigue siendo importante, pero los oradores en la sesión también pusieron énfasis en el papel cada vez más importante que deberían desempeñar los presupuestos nacionales, y que en algunos casos ya lo están haciendo.
En la mencionada sesión se presentó una posible solución. Un investigador de la Universidad de Liverpool (Reino Unido) cree que un pequeño incremento en los impuestos sobre el alcohol y el tabaco en los países más castigados por el VIH y la tuberculosis permitiría recaudar el dinero suficiente para pagar los costes de los tratamientos relacionados con estas enfermedades.
Como ejemplo, Andrew Hill señaló durante la conferencia de Washington que si su idea de un «gravamen para la salud global» (un pequeño aumento de los impuestos sobre el alcohol y el tabaco) se aplicase en Nigeria, Uganda, Botsuana, Tailandia, Vietnam, India, Brasil, Rusia, Ucrania y China, esto permitiría recaudar 2.570 millones de dólares anuales. Esta cantidad bastaría para ofrecer un tratamiento universal contra el VIH en todos estos países y aún sobraría dinero para destinarlo a la prevención del VIH, la tuberculosis, la malaria y otras enfermedades.
«Las personas no solo mueren por VIH, sino que muchas fallecen por culpa del tabaco y también el alcohol. La reducción en el consumo de alcohol y tabaco está relacionada con beneficios para la salud pública», afirmó el investigador.
Tomado del portal web de AIDSmap.