La introducción lo señala claramente: «El siguiente mensaje es transmitido de forma gratuita y obligatoria, de acuerdo con lo establecido en la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión».
Lo siguiente que cabría esperar en la pantalla del televisor es la difusión de un corto informativo sobre medidas de higiene alimentaria, educación sexual o prevención de enfermedades como el dengue, por ejemplo, que repunta en época de lluvias. En lugar de eso, se presentan logros del Gobierno en materia de gestión agroalimentaria y bienestar social o los de alguna gobernación. Pero las campañas preventivas en los medios audiovisuales prácticamente ya no existen.
Ese escenario, en una nación con la tasa de embarazo precoz más alta de Suramérica 23 de cada 100 venezolanas que dan a luz tienen entre 12 y 18 años, de acuerdo con cálculos del Fondo de Población de las Naciones Unidas, representa una gran paradoja. La contradicción se acentúa al tomar en cuenta que se trata del mismo país en el que se registraron, en los últimos 3 años, cerca de 34.000 nuevos diagnósticos de VIH reconocidos por el Gobierno en estadísticas presentadas en marzo de 2012 ante la ONU.
Mauricio Gutiérrez, coordinador de Incidencia Pública de la ONG Acción Solidaria contra el Sida, expresa: «Hablamos de 11.000 personas por año a las que no llegó la información sobre la situación del sida, sus consecuencias y cómo evitarlo. Es una realidad que debería preocuparnos a todos porque en esas campañas que no se emiten habría que difundir la importancia de hacerse la prueba diagnóstica. Conocer a tiempo que se tiene VIH es crucial, y de eso tampoco se habla».
La crítica de los activistas que trabajan en el área de VIH y sida se basan en que el Gobierno, a sabiendas desde 2009 de que las infecciones aumentaban en comparación con 2007 y 2008 se registraron cerca de 4.000 nuevos diagnósticos más por año, no asumió una política preventiva con fuerza a través de los medios audiovisuales.
Estevan Colina, secretario de la Red Venezolana de Gente Positiva, apunta directamente al tiempo destinado a mensajes preventivos, de acuerdo con la ley Resorte: «Deberían ser utilizados para la prevención de VIH. Es más económico prevenir que curar y, sin embargo, esos segmentos son sólo utilizados para la transmisión de mensajes oficiales».
Voceros del Ministerio de Salud consultados reconocieron la situación y notificaron que en los próximos días comenzará una campaña de cinco micros informativos, sobre embarazo adolescente e infecciones de transmisión sexual, para radio y televisión abierta, aunque no ofrecieron detalles del contenido.
Lo que debería decirse. Jorge González Caro, representante en Venezuela del Fondo de Población de la ONU, explica que campañas de ese tipo deben fundamentarse en la realidad venezolana, que es muy particular y de la que organismos nacionales e internacionales tienen pleno conocimiento: de cada cinco mujeres una ya ha sido madre al llegar a los 20 años de edad, y tres de cada cinco al llegar a los 19 años tienen dos o más hijos.
«Es necesario promover en las adolescentes una conducta de control de la situación, que les permita manejarla y no llegar a un embarazo no deseado. Las embarazadas tan jóvenes deben abandonar sus estudios, no acceden al mercado laboral y se les dificulta demasiado romper el ciclo de la pobreza», afirmó.
Controlar la situación con las hormonas a flor de piel es un verdadero reto. Las cifras lo confirman: uno de cada tres adolescentes entre 12 y 19 años admite haber tenido relaciones sexuales. Por eso, González Caro considera que la prevención debe fomentar el uso de métodos anticonceptivos. «Se ha detectado que los más utilizados por los jóvenes son el coito interrumpido, que no funciona, y el preservativo.
Sin embargo, aunque los adolescentes aseguran que los conocen, sólo 1 de cada 10 indica que se protegió en su última relación sexual», dice.
Subraya que la disponibilidad de esos métodos en el país es amplia y esa es una ventaja de la que debe valerse toda campaña preventiva. «No sólo hay venta libre de preservativos a menores de edad, sino que hay consultas de salud en las que se entregan gratuitamente píldoras y dispositivos intrauterinos medicados. Son accesibles y la población vulnerable debe saberlo».
Son quizá 30 los segundos que se necesitan en radio o en televisión para promocionar un servicio de salud o para informar con detalle sobre el daño inmunológico que ocasiona la detección tardía del VIH, pero tan poco tiempo puede ser crucial para una persona que muy pocas veces en su vida ha escuchado hablar del síndrome.
Gutiérrez no duda de la efectividad de las campañas preventivas que, aunque hoy escasean, hace una década distinguían a organizaciones civiles como Acsol, Artistas por la Vida o la Fundación Daniela Chappard. «Son poquísimos segundos y profundizar en la información es complejo, eso es cierto; pero considero que en cualquier pauta lo importante es dejar al final el dato de las herramientas que existen para saber más: enlaces de páginas web o números telefónicos de centros informativos, para que la gente pueda ampliar su conocimiento y el mensaje, aunque corto, haya tenido un efecto».
Cuñas en existencia
Acción Solidaria tiene en su archivo un total de 45 cortos divulgativos sobre el VIH y sida, prevención, tratamiento y la necesidad de evitar la discriminación. Sin embargo, el material no ha recibido la aprobación del Ministerio de Comunicación e Información para ser difundido en los lapsos dispuestos por la ley Resorte.
«Los mensajes cumplen con los requisitos, pero desconocemos por qué no han sido pautados para su transmisión», afirma Mauricio Gutiérrez. Apunta que desde la entrada en vigencia de la ley, la ONG logró emitir dos campañas publicitarias a las que el Minci agregaba la coletilla «Venezuela ahora es de todos», antes de difundirlas.
Pero desaparecieron hace cerca de ocho años y con ello las campañas quedaron destinadas a los espacios donados en medios impresos.
Para la Fundación Artistas por la Vida, la situación no ha sido muy diferente. La última campaña que lograron difundir en medios audiovisuales se titulaba «Hablemos, es tiempo de cambiarle la cara al sida», y promovía la comunicación en las familias como método informativo y preventivo. «Nos la eliminaron por cuestiones políticas.
Utilizamos la imagen de todo artista voluntario que decide ser vocero, pero algunos asumieron posiciones políticas claras y eso implicó un veto a la campaña», explica Jorge Borges, presidente de la ONG. Desde entonces, Artistas por la Vida se dedica a la prevención directa en espacios públicos, pues no tiene acceso a los medios de comunicación social. «Es evidente que para el Gobierno, la prevención no es una prioridad. Los mensajes tienen que ser difundidos permanentemente y con un objetivo claro, no por el Día Mundial del Sida ni en conmemoración de una fecha», subrayó.
Elaborado por: Lilia Malavé, Periodista, Diario El Nacional. Publicado en El Nacional, martes 31 de julio de 2012.