Un estudio realizado en Sudáfrica evidencia que la cuarta parte de los niños que toman tratamiento anti-VIH padecen neuropatía periférica.
Estos hallazgos ponen de relieve la escasez de opciones farmacológicas disponibles para el tratamiento de la población infantil con VIH.
La neuropatía periférica implica un daño doloroso en los nervios periféricos, especialmente en los pies y la parte inferior de las piernas. Es un efecto secundario bastante conocido de algunos de los fármacos antirretrovirales más antiguos, sobre todo de d4T y ddI.
El fármaco d4T (estavudina, Zerit) ha sido un pilar central de los programas antirretrovirales en entornos con pocos recursos. Sin embargo, debido a sus efectos secundarios, ya no se recomienda su uso si existen alternativas asequibles (en especial tenofovir, Viread).
Hay una formulación en polvo de tenofovir para el tratamiento de los niños de menor edad y la Organización Mundial de la Salud ha publicado unas directrices respecto a su dosificación.
En este estudio, el 86% de los niños con VIH participantes estaban tomando d4T y la cuarta parte padecía neuropatía periférica.
Los autores también creen que el estudio muestra la importancia de preguntar a los niños sobre las experiencias en la terapia anti-VIH, como una parte importante del diagnóstico y tratamiento de la neuropatía periférica. Existen herramientas de diagnóstico, simples y fáciles de administrar, para ayudar a valorar la gravedad de los síntomas, su impacto y las acciones que pueden proporcionar alivio.
Tomado del portal de AIDSmap.